8/8/07

adsum

Breve momento de claridad. De pronto vi las cosas como son. Mi parcela en la luna, mi joven, todo. La imagen era así.
El joven, le dí llave para entrar a mi mundo, destrozó todo lo que había a su paso, todo quedó hecho ruinas; esas ruinas eran ilusiones que había cariñosamente construido desde niña hasta ya no niña. En el pánico de la destrucción me encontré un papel; el papel me ofrece la oportunidad de crear otro mundo, mi parcela lunar. Otro lugar para volver a construir ilusiones, nuevas, maduras, serenas. Qué linda promesa, venía atada a un hilito casi transparente, como de telaraña. Llevo un rato ahí colgada (un elefante se columpiaba soooobre la tela de una araña, así). El momento de claridad vino cuando me atreví a bajar uno de mis pies al antiguo mundo, el mío, el real (o casi) y era insoportable lo desolado y triste que se veía. Vi que si no lo vuelvo a empezar desde mí misma nunca podré nacer de nuevo. La linda promesa puede seguir ahí, para darme ánimos cuando se me acaban, pero sólo como fantasía, ya no la puedo confundir más con mi mundo. Mi mundo volverá a ser, quizá no lo que era, pero sí volverá; yo lo volveré a construir "con la menor de las furias, con la mayor de las vidas"; será bello y mío de nuevo.
Sólo que todavía no lo es.

3 comentarios:

Aura dijo...

Siempre buscamos romper esta soledad por aquello de "vivir a solas es vivir a medias". Pero tienes mucha razón, hay que construir desde adentro, y finalmente conocer a otros es la búsqueda de ese reflejo que nos de luces de quienes somos.

Te quiero mucho muchacha,

Lora

leslie dijo...

Aura... sí, la sensación que tengo es la de hacer la realidad fantástica, no tratar de hacer la fantasía realidad, creo. Sólo un lugar verdadero puede ser un lugar común... será? Te quiero chorros de vuelta muchacha!

Exenio dijo...
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