19/6/09


La inteligencia en general me parece ridícula. Nos hemos hecho de un sistema minúsculo de causa-efecto, método científico moralino que nos encanta endosar a todo. Me provoca un pelin de lástima y pena ajena cómo nos gusta enjaretarle a la naturaleza, a la tierra, nuestro sistema... en caso de que en efecto goce de algo que nosotros podemos entender como vida, ¿qué nos hace pensar que "siente", "piensa", como nosotros? La tierra nos castiga por gandallas inconscientes... la tierra nos mira con la piedad de una madre... en caso de que en efecto "sintiera", "pensara", creo que nada le podría importar menos que si desaparecemos como especie.
¿Qué somos, hasta donde nos da nuestro limitadísimo sistema? Ah, si... somos moléculas, átomos, que pensamos que entendemos según leyes que nosotros mismos inventamos gracias a la "observación", como si realmente pudiéramos ver, ya no decir observar.
Tal vez venga de la idea de que somos a imagen y semejanza de "algo" y entonces nos place tener un "algo" de nuestra perfecta medida y correspondencia; y bueno, en una de esas... ¿pero entonces qué pasa con los psicópatas? ¿Ellos a imagen y semejanza de qué o quién son?
Bueno, en pocas palabras considero admirables a las personas que realmente creen en lo que piensan, me parecen héroes inocentes.
Yo, por el momento, creo más en mis instintos que en mi razón. Le creo más a un bebé que baila, precisamente porque esta claro que no piensa en nada, le creo más que a las voces que arañan el vértigo contra el abismo o contra la zanja de tierra.

1 comentario:

Exenio dijo...

A veces no basta el tamiz que uno le de a cierta parte de la existencia o de la ocurrencia; a veces es necesario "contrastarlo".

Es en ese ejercicio que nacen los psicópatas, la cobardía o alguno que otro personaje o circunstancia que no estaba ahí antes de que hiciéramos el experimento.

Sabes, llegué a creer que la gente no era mala sino que no sabía que era buena y actuaba en... mmm... consecuencia; ese "razonamiento" ha cambiado y las brújulas que conocía ya no sirven más; ahora ando tratando de descubrir algún norte, sea que éste esté, donde sea...