26/10/07
de la desesperanza
Yo ya no creo en estas leyes de correspondencia automática, recíproca y respuesta directamente proporcional a la energía del primer pensamiento. Antes lo hacía, ya no. Este año ha sido muestra constante de esto. Lo veo en el mundo, lo veo en mi vida, en todo, este año ha sido así. Reacciones totalmente fuera de proporción, ya sea de mi lado o del otro, pero nada de correspondencia. Probablemente el medio virtual no ayuda, pero virtual y no virtual fue el caso con mi parcela lunar, fue el caso con el joven, ha seguido siendo el caso a mi alrededor. Ves que los mensajes se cruzan pero todos llegan mal. Mi tiempo se comprime con todo y que el horario de verano acaba.
Y las puertas. Ahora tengo puertas a mi alrededor, me gustan las puertas. Accesos a dimensiones y vidas diferentes. Algunas dicen mucho, otras dicen poco. Unas demuestran lo que son, otras lo disfrazan. Son decisiones que tengo que tomar, no se puede atravesar dos puertas al mismo tiempo a menos que sean parte de una misma. Y me molesta despreciar a las otras puertas, aunque después pueda regresar a la dimensión a la que acceden, seguro llegaré por otro lugar, no por esa puerta en particular.
Tal vez estefita que me hizo mi carta astral tiene razón, me hace falta tierra. Soy predominantemente agua, por fuera fuego, creativamente fuego, sentimentalmente aire, en el amor aire, en el empuje aire. Ella y otros por ahí dicen que la luna me hace mucho daño, sobretodo estos días. Y tal vez tengan razón. Esa mezcla casi sin gravedad y sin embargo densa, aunque varía nunca deja de sentirse enrarecida. Ni aterrizo ni fluyo, eso siento.
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