Oigo algo parecido a esto cuando hoy me veo en el espejo; recuperando lo que soy y puedo ser. Limpiando telarañas de miedo entre las orejas. No es que ya no sienta miedo, es que este miedo es sano, y esta ahí solo para irlo haciendo chiquito chiquito chiquito. Cuando le dije antier a mi psicoloca que quería un contrato firmado de servicio, con la total seguridad de que me iba a quitar esta feromona que únicamente atrae lo toxico, afirmo que mejor íbamos a tratar de calmarnos y barjarle un poco el tono al control. Que porque lo quiero controlar todo, que no se puede controlar todo, que todo esto es genuina inseguridad, así dijo. Me fui un poco encabronada, pagando mi cagotiza sin garantía de servicio.
Y hoy, que muchas cosas están quedando claras, que salen oportunidades nunca consideradas, es como volverme a vestir con ropa de mi propio closet, como si antes solo hubiera estado usando un uniforme que nomas no me quedaba, que aprieta de algunas partes y de otras me viene guango. Y no es que sea fácil, después de un buen rato en uniforme, escoger ahora que me voy a poner, pero al menos es mas divertido, y si me equivoco, al otro día lo puedo hacer distinto hasta que me guste y no importa.
Nunca pensé que todo este tiempo me hubiera cambiado tanto y al mismo tiempo tan poco. Una parte de mi acaba de regresar en el tiempo 5 años y al mismo tiempo, esa de hace 5 años es increíblemente mas serena, segura y no esta dispuesta a comprarse la primer idea destructiva que venga a la mente.
Que lindo, volverme a ver, mas lindo que me guste lo que veo.
28/6/07
23/6/07
Adios Joven!
Ya no extraño, solo sangra un poquito.
Tenía remordimientos, nunca sabiendo qué tan justificados. Situaciones difíciles, en las que no supe apoyar, no supe estar al lado de quien amaba y me necesitaba. Este era mi remordimiento.
Ayer organicé a todos para festejar a la Señorita Fabro y sus grandes 30s, fuimos a un bar de modita (yo un poco a rastras, esas cosas no me gustan) y todos la pasábamos bien. Si, es cierto que había dos sillones grandes y dos individuales, los dos grandes juntos de forma perpendicular lo mismo que uno de los individuales, todos estos sillones estaban llenos de parejitas de primavera y otras de mucho tiempo, en el otro sillón individual, paralelo al sillón mas grande, estaba yo sola. Yo platicaba con todos, probablemente ni cuenta se daban entre los muchos arrumacos que yo no tenía con quien. No importa, me dije, esta bien y estoy contenta.
Y apareció el Joven, él al que no apoyé, no entendí y no pude darle lo que necesitaba. Tenia la mirada perdida, a penas y me reconoció, ya que me reconoció sólo respondió agarrándome fuerte del brazo sin dejarme ir. Cuando por fin me libré, salí, me fui a casa. Aproximadamente una hora después estaba el Joven aventando una y otra vez una botella a mi ventana, no respondí, mantuve las luces apagadas, esperando que se cansara pero no se cansó. Pasaron dos horas y seguía. Llamé a una patrulla que no llegó. A las 7 am logró meterse a mi edificio para ahora no dejar de tocar la puerta con insistencia y hablar a través de la chapa. Le pedí que se fuera, que no iba a abrir, por favor, no. Todo esto lo dije furiosa. No se va.
Vuelvo a llamar a la patrulla que no llegó para que llegue. Llega la patrulla y entran, lo "invitan con todo respeto" a salir del edificio. Pasa mucho tiempo, el sigue pidiendo que abra la puerta, que sólo quiere pasar al baño hasta que por fin una hora después sale del edificio. El oficial me dice que si quiero demandarlo tengo que ir con él. No, no quiero, sólo quiero que se quede afuera. Se va la patrulla.
En el momento en el que sale un coche del edificio se vuelve a meter. Y otra vez esta en mi puerta, diciendo la misma frase, como si nunca la hubiera dicho antes, como si mereciera ser escuchado, como si lo que dijera fuera a cambiar algo, como si tuviera que decirlo justo en ese momento, como si fuera inteligente o al menos sentido lo que dice, como si fuera necesario. No viendo otra opción, llame al Sr. Morsa (maravilloso marido de la Leona Dormida, un verdadero padre para mi) pidiendo ayuda. Durante el tiempo que tardó en llegar, los señores pasteleros hablaban tranquilamente con él, "invitándolo" a salir, diciéndole que yo no lo quería ahí, que tal vez ellos nadámas sabían hacer pasteles pero que también eran hombres y sabían que así no se podía arreglar nada. Llegó el Sr. Morsa y también habló con él, con su sutilísimo tacto le dijo: "Mira que ella ya esta histérica y no te soporta, ya vete, hablas con ella cuando no estes tan borracho porque así no te va a abrir..." entre otras cosas. Y no se va. El Sr. Morsa volvió a llamar a la patrulla. El mismo policía volvió a hablar con él y a invitarlo a salir. Y lo sacaron, sin antes decirme, que no podía estar llamando al Servicio de Emergencia y luego no demandar. Esta vez ya no pudo volver a entrar, porque los señores pasteleros y el Sr. Morsa ya no lo dejaban y la patrulla ya no se iba.
El Joven se fue.
Ha llamado por teléfono todo el día. Le contesté una vez, para decirle que cualquier cosa que sienta necesario decir la diga por carta, que ya no hay trato de ningún tipo, que me perdone si le he hecho daño y porque no lo voy a volver a ver nunca, ni hablar con él nunca.
Mientras el Joven balbuceaba a través de la puerta, la verdad es que yo lloraba solo de pensar que justamente con el Joven he tenido la mejor relación de mi vida, esta es la mejor que ha habido y esto me hacia llorar de rabia y de claridad.
Hoy ya no tengo remordimientos, no era la crisis de una situación difícil para él, era él y punto. El fue la razón del nacimiento de este obscurísimo blog, él fue quien puso patas arriba mi vida y por el cual me ha costado tanto volver a encontrar sentido de todo a mi alrededor. Porque no podía con él, porque me irritaba su presencia, porque no lo podía ayudar, porque dolía demasiado estar con él; todo esto me hacia sentir culpa y rabia por esa culpa al mismo tiempo.
Ya no hay mas. Y hoy para variar un poco puedo decir mas tranquila con toda honestidad: NO SOY YO, ERES TU.
Me siento limpia.
Tenía remordimientos, nunca sabiendo qué tan justificados. Situaciones difíciles, en las que no supe apoyar, no supe estar al lado de quien amaba y me necesitaba. Este era mi remordimiento.
Ayer organicé a todos para festejar a la Señorita Fabro y sus grandes 30s, fuimos a un bar de modita (yo un poco a rastras, esas cosas no me gustan) y todos la pasábamos bien. Si, es cierto que había dos sillones grandes y dos individuales, los dos grandes juntos de forma perpendicular lo mismo que uno de los individuales, todos estos sillones estaban llenos de parejitas de primavera y otras de mucho tiempo, en el otro sillón individual, paralelo al sillón mas grande, estaba yo sola. Yo platicaba con todos, probablemente ni cuenta se daban entre los muchos arrumacos que yo no tenía con quien. No importa, me dije, esta bien y estoy contenta.
Y apareció el Joven, él al que no apoyé, no entendí y no pude darle lo que necesitaba. Tenia la mirada perdida, a penas y me reconoció, ya que me reconoció sólo respondió agarrándome fuerte del brazo sin dejarme ir. Cuando por fin me libré, salí, me fui a casa. Aproximadamente una hora después estaba el Joven aventando una y otra vez una botella a mi ventana, no respondí, mantuve las luces apagadas, esperando que se cansara pero no se cansó. Pasaron dos horas y seguía. Llamé a una patrulla que no llegó. A las 7 am logró meterse a mi edificio para ahora no dejar de tocar la puerta con insistencia y hablar a través de la chapa. Le pedí que se fuera, que no iba a abrir, por favor, no. Todo esto lo dije furiosa. No se va.
Vuelvo a llamar a la patrulla que no llegó para que llegue. Llega la patrulla y entran, lo "invitan con todo respeto" a salir del edificio. Pasa mucho tiempo, el sigue pidiendo que abra la puerta, que sólo quiere pasar al baño hasta que por fin una hora después sale del edificio. El oficial me dice que si quiero demandarlo tengo que ir con él. No, no quiero, sólo quiero que se quede afuera. Se va la patrulla.
En el momento en el que sale un coche del edificio se vuelve a meter. Y otra vez esta en mi puerta, diciendo la misma frase, como si nunca la hubiera dicho antes, como si mereciera ser escuchado, como si lo que dijera fuera a cambiar algo, como si tuviera que decirlo justo en ese momento, como si fuera inteligente o al menos sentido lo que dice, como si fuera necesario. No viendo otra opción, llame al Sr. Morsa (maravilloso marido de la Leona Dormida, un verdadero padre para mi) pidiendo ayuda. Durante el tiempo que tardó en llegar, los señores pasteleros hablaban tranquilamente con él, "invitándolo" a salir, diciéndole que yo no lo quería ahí, que tal vez ellos nadámas sabían hacer pasteles pero que también eran hombres y sabían que así no se podía arreglar nada. Llegó el Sr. Morsa y también habló con él, con su sutilísimo tacto le dijo: "Mira que ella ya esta histérica y no te soporta, ya vete, hablas con ella cuando no estes tan borracho porque así no te va a abrir..." entre otras cosas. Y no se va. El Sr. Morsa volvió a llamar a la patrulla. El mismo policía volvió a hablar con él y a invitarlo a salir. Y lo sacaron, sin antes decirme, que no podía estar llamando al Servicio de Emergencia y luego no demandar. Esta vez ya no pudo volver a entrar, porque los señores pasteleros y el Sr. Morsa ya no lo dejaban y la patrulla ya no se iba.
El Joven se fue.
Ha llamado por teléfono todo el día. Le contesté una vez, para decirle que cualquier cosa que sienta necesario decir la diga por carta, que ya no hay trato de ningún tipo, que me perdone si le he hecho daño y porque no lo voy a volver a ver nunca, ni hablar con él nunca.
Mientras el Joven balbuceaba a través de la puerta, la verdad es que yo lloraba solo de pensar que justamente con el Joven he tenido la mejor relación de mi vida, esta es la mejor que ha habido y esto me hacia llorar de rabia y de claridad.
Hoy ya no tengo remordimientos, no era la crisis de una situación difícil para él, era él y punto. El fue la razón del nacimiento de este obscurísimo blog, él fue quien puso patas arriba mi vida y por el cual me ha costado tanto volver a encontrar sentido de todo a mi alrededor. Porque no podía con él, porque me irritaba su presencia, porque no lo podía ayudar, porque dolía demasiado estar con él; todo esto me hacia sentir culpa y rabia por esa culpa al mismo tiempo.
Ya no hay mas. Y hoy para variar un poco puedo decir mas tranquila con toda honestidad: NO SOY YO, ERES TU.
Me siento limpia.
19/6/07
Post-its!
8/6/07
medium otterness
2001-ODISEA EN BATTERY PARK
Ya no pude hablar más.
Después de eso, algunos fuimos por unos tragos (no podía pensar ni hacer otra cosa); la obscuridad del lugar y la noche me ayudaron a perder de vista la sombra que me había caído encima. Me relaje, me deje llevar.
Un poco harta del lugar, salí a tomar un poco de aire y vi a los niños pendejos comiéndose un falafel al otro lado de la calle y decidí acompañarlos. Ellos comían animadamente y entre mordida y mordida soltaban alguna pendejada, ahora al vendedor de falafel. El vendedor, acostumbrado a estas cosas respondía de manera seria, pero amable. Me hizo un guiño de complicidad al tiempo que me preguntaba de dónde era y con esto empezamos a platicar, acerca de lo que era su vida como sirio aquí, cómo sus hijos hablaban las dos lenguas sin problema y cómo estuvieran donde estuvieran siempre serian sirios. El habló de una manera educada, amable y dulce, soportando con imperturbable clase las miles de pendejadas que salían de los otros interlocutores junto con algún pedazo de falafel y de alguna manera escucharlo me hizo sentir tranquila una vez más, sin sombras y con esperanza.
Dormí como un ángel.
Salimos temprano al otro día, y ya en el metro rumbo a Queens nos enteramos junto con el pánico comunal que caían las torres. Los niños pendejos seguían durmiendo la cruda.
Estábamos todos los niños y niñas de la escuela paseando, aire fresco de verano, con tantita lluvia, justo lo necesario para sentirse bien. Iba caminando y recuerdo haberme sentido intranquilamente tranquila... perfectamente consiente de lo segura que me sentía y al mismo tiempo alterada por sentirme así, amenazada. Se me hacia cosa rara, entonces estaba callada y caminaba, no sabiendo bien en que ánimo instalarme. Los niños pendejos decían pendejadas, los no pendejos caminaban contentos un poco callados también. Vamos hacia Battery Park. Tarde soleada después de la lluvia, los niños oriundos jugando, los arboles, el agua... decidí instalarme en el ánimo positivo, hasta que casi sin querer me fui acercando a ver las esculturas del parque y todo cambió. Aparentemente parecían en perfecto orden con la tarde y el parque y el verano; ya estando cerca de ellas mi ánimo corrió a esconderse a la esquina opuesta y empecé a sentir como una sombra sutil me iba cubriendo poco a poco la vista, el corazón, las ideas, todo, con una capita de pánico. Lo ví muy claro, la aparente felicidad, los muertos de la misma, el gran animal.
La perversión irradiada por estas piezas, con la suficiente ironía como para no detectarla de entrada, sino todo lo contrario, como para dejarte llevar por sus pequeñas happy faces prácticamente me noqueó.Ya no pude hablar más.
Después de eso, algunos fuimos por unos tragos (no podía pensar ni hacer otra cosa); la obscuridad del lugar y la noche me ayudaron a perder de vista la sombra que me había caído encima. Me relaje, me deje llevar.
Un poco harta del lugar, salí a tomar un poco de aire y vi a los niños pendejos comiéndose un falafel al otro lado de la calle y decidí acompañarlos. Ellos comían animadamente y entre mordida y mordida soltaban alguna pendejada, ahora al vendedor de falafel. El vendedor, acostumbrado a estas cosas respondía de manera seria, pero amable. Me hizo un guiño de complicidad al tiempo que me preguntaba de dónde era y con esto empezamos a platicar, acerca de lo que era su vida como sirio aquí, cómo sus hijos hablaban las dos lenguas sin problema y cómo estuvieran donde estuvieran siempre serian sirios. El habló de una manera educada, amable y dulce, soportando con imperturbable clase las miles de pendejadas que salían de los otros interlocutores junto con algún pedazo de falafel y de alguna manera escucharlo me hizo sentir tranquila una vez más, sin sombras y con esperanza.
Dormí como un ángel.
Salimos temprano al otro día, y ya en el metro rumbo a Queens nos enteramos junto con el pánico comunal que caían las torres. Los niños pendejos seguían durmiendo la cruda.
2/6/07
Alternativas, opciones, velitas prendidas, puertas, ventanas, safety nets, planes b.
Hasta hoy había pensado, que tenia algunas de estas ultimas. Probablemente las tengo, solo que todavía no las conozco o reconozco; claro esta que las que pensaba que eran, solo estaban pintadas, eran de utilería... como los inventos del Dr. Chun-Ga (sin intención de ofender a los inventos).
Todos debemos tener un plan b, una opción de universo paralelo a la cual apelar en el momento en el que todo fracasa; mi amigo Don Penas, sería chofer de Pullman (esto al menos le da la satisfacción de viajar y manejar, ambas cosas que ahora hace cada que puede por el puro gusto), Dubitativo, sería maestro... de todas formas tiende a impartir cátedra cada que puede, con o sin pupilos. Estos son algunos planes b que conozco.
Yo pensaba que tenia uno, muy firme, desde hace por lo menos unos 5 o 6 años. Tan bueno era este plan b, que casi era un plan a.2. Hoy ví que no, no es tal.
Me veo obligada a revisar mis papelitos viejos (a falta de grabadora de entrevistador, que podría haber sido mas practico) en busca de mis demás planes, yo me acordaba que tenia mas, muchos mas! Estoy rodeada de papelitos tipo post-its, con ideas sin fondo, ni forma, como cuando tratas de escribir un sueño apenas despertando y dos horas mas tarde lo lees para corroborar que ni tu letra tiene sentido. Así, en mi montón de basura que es ahora mi estructura mental y mi estrategia se adivina que, a menos que tenga un ataque maniaco (en mi modalidad maniaco-depresivo) y decida hacer una pequeña escultura, ya nada de esto es rescatable. Se que es un poco azotado decir esto; revisar tanto el pasado es inútil y doloroso entre otras cosas. Y aun mas, si tomáramos otro nombre para los planes b, digamos, puertas, esto se vuelve concretamente aterrador... un cuarto sin puertas, pero esto me ayuda a dejar camino para la pregunta evidente: cómo llegue entonces aquí?
No importa.
Al menos se que ya no tengo porque seguir guardando estos post-its.
Hasta hoy había pensado, que tenia algunas de estas ultimas. Probablemente las tengo, solo que todavía no las conozco o reconozco; claro esta que las que pensaba que eran, solo estaban pintadas, eran de utilería... como los inventos del Dr. Chun-Ga (sin intención de ofender a los inventos).
Todos debemos tener un plan b, una opción de universo paralelo a la cual apelar en el momento en el que todo fracasa; mi amigo Don Penas, sería chofer de Pullman (esto al menos le da la satisfacción de viajar y manejar, ambas cosas que ahora hace cada que puede por el puro gusto), Dubitativo, sería maestro... de todas formas tiende a impartir cátedra cada que puede, con o sin pupilos. Estos son algunos planes b que conozco.
Yo pensaba que tenia uno, muy firme, desde hace por lo menos unos 5 o 6 años. Tan bueno era este plan b, que casi era un plan a.2. Hoy ví que no, no es tal.
Me veo obligada a revisar mis papelitos viejos (a falta de grabadora de entrevistador, que podría haber sido mas practico) en busca de mis demás planes, yo me acordaba que tenia mas, muchos mas! Estoy rodeada de papelitos tipo post-its, con ideas sin fondo, ni forma, como cuando tratas de escribir un sueño apenas despertando y dos horas mas tarde lo lees para corroborar que ni tu letra tiene sentido. Así, en mi montón de basura que es ahora mi estructura mental y mi estrategia se adivina que, a menos que tenga un ataque maniaco (en mi modalidad maniaco-depresivo) y decida hacer una pequeña escultura, ya nada de esto es rescatable. Se que es un poco azotado decir esto; revisar tanto el pasado es inútil y doloroso entre otras cosas. Y aun mas, si tomáramos otro nombre para los planes b, digamos, puertas, esto se vuelve concretamente aterrador... un cuarto sin puertas, pero esto me ayuda a dejar camino para la pregunta evidente: cómo llegue entonces aquí?
No importa.
Al menos se que ya no tengo porque seguir guardando estos post-its.
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