Es la ciudad, son los viajes, es un ritual o tal vez mejor las pastillas; pero mejor el trabajo, lo que pasa es que algo te apasiona, lo que tienes es soledad, es mas bien un producto, a lo mejor una obsesión infantil. Son los olores y la herrumbre de todas las cosas, y las goteras y los miles de grillos que no me dejan dormir; y cuando dejan de cantar un ratón invade mi cuarto y no se conforma con quedarse donde esta, tiene que quedarse debajo de mi cama con una galleta que se robo. Cuando veo a mi gente me dan ganas de llorar, de abandono, de coraje, de problemas que no son mios pero me los quedó. Los barrotes horizontales de mi ventana se mezclan con los cables de luz que están cerca y los que están mas lejos, así, cuando estoy en mi cama me siento como mosca en telaraña.
6 comentarios:
Bueno, déjame ser un poco más acertivo.
No mires de dentro hacia fuera; de esa forma todo lugar en el que te encuentres olerá a prisión.
Mejor inténtalo desde afuera hacia adentro; eso te da libertad, y te permite tener una segunda perspectiva (ojalá yo siguiera mis malditos propios consejos).
De cualquier modo, deja abierta la ventana una noche de estas; un día podría entrar en forma de nube de algodón... claro, cuando deje este mundo material (si, un día lo haré, lo juro, dejaré esta versión del mundo).
La máquina del tiempo me ha permitido llegar hasta el 3 de julio...
---Disculpe... el acceso 25?---
exenio,
---Disculpe... el acceso 25?---
¡Uy no joven, aquí es vigilancia!
1. ventana abierta: ya veré qué hago.
2. el mundo material es más divertido contigo haciendo estos comentarios, ¿porqué dejarlo?
3. ok, entendido y anotado, de afuera hacia adentro... eso he intentado con mi reciente regresión al kinder; ahi te cuento cómo sale.
abrazo
respondo aquí, gracias... gracias, y perdón... tienes toda la razón y ni como hacerle, me tardé en entender. gracias, con todas sus letras... mucha alegría de verte aquí de nuevo. cruce de lineas permitido y empezado.
un abrazo fuerte.
:-)
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